Historias de resistencia frente al Modelo Extractivista Aeroportuario
abril 18, 2024

“En México, el gobierno federal actual ha puesto en manos del ejército y la marina la construcción, operación y beneficio económico de los aeropuertos, una línea aérea, hoteles y algunos destinos turísticos y al sur de la Cuenca del Valle de México asociamos el traslado en camiones y vaciado de cascajo para cubrir lagunas y canales lacustres en las zonas de los lagos de Chalco y Xochimilco, a los proyectos inmobiliarios y a los constantes intentos de construcción de cuarteles militares y helipuertos, lo que los pueblos no han permitido.”

 

El siguiente texto ha sido presentado por Gabriela Vega-Téllez (CPOOEM) en la segunda jornada de reflexión “Conflictos Territoriales y Expansión Aeroportuaria en Latinoamérica y en el Caribe.”. Las Jornadas de Reflexión* sobre la Aviación y la Expansión Aeroportuaria son un espacio de diálogo, análisis y construcción de alternativas ante los impactos de la industria del transporte aéreo organizado por Permanecer en la Tierra – red regional de Stay Grounded en Latinoamérica y el Caribe.

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Desde el centro de México agradezco a la Red Permanecer en la Tierra la muy valiosa oportunidad de participación en esta 2da. Sesión de las Jornadas de Reflexión con el tema “Conflictos Territoriales y Expansión Aeroportuaria en Latinoamérica y el Caribe”, espacio que me honra compartir con lxs compañerxs del Movimiento MILPA de El Salvador, Centroamérica y de SALVEMOS BARBUDA del Caribe.

Si bien en nuestro esfuerzo organizativo no partidista y anticapitalista miembro del Congreso Nacional Indígena de México, desde hace más de una década venimos llevando a cabo acciones de defensa del territorio de la Cuenca del Valle de México debido a la imposición de la construcción de Aeropuertos, hoy desde nuestra visión de pueblos y comunidades afectados y en resistencia, voy a referirme a algunos de los impactos de estos megaproyectos de infraestructura y de sus obras asociadas, así como a algunas implicaciones y modos de operar de los gobiernos que -en base a nuestra experiencia- podemos afirmar que sirven y benefician a los intereses del actual sistema económico y de explotación, el Capitalismo Mundial.

Nuestro compañero de lucha, el arquitecto-urbanista y pensador crítico de la modernidad Jean Robert fallecido en octubre de 2020, en el documentoAlgunas consideraciones sobre el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM del año 2018, nos dice que “El proyecto de un nuevo aeropuerto provoca efectos desestabilizadores anticipados” ya que “El simple anuncio de obras que, quizás, no se realizarán antes de cinco o más años, puede ser el detonador de una inestabilidad creciente de los precios y de los usos de los terrenos en toda la región aledaña”. Asimismo que “La construcción de infraestructuras de transporte casi siempre tiene algunos fines especulativos”; que “El transporte aéreo es el mayor consumidor de energía a diferencia de los transportes terrestres tradicionales”, que “Los agrocombustibles no son una alternativa viable a los derivados del petróleo porque contribuyen a reducir el área de cultivos alimentarios”, mencionando al Turismo como “un factor importante del crecimiento de la aviación comercial” a la que considera una ”forma de transporte destructiva y altamente subvencionada por la mayoría de los gobiernos del mundo”.

Y qué cierto lo escrito por Jean, porque la especulación, el cambio de uso de suelo, el despojo de tierras, el desalojo y demolición de viviendas, un crecimiento urbano descontrolado y extendido a tierras ejidales precedido por una extensión del sistema carretero, ha provocado la devastación de la naturaleza, la contaminación y desabasto de agua, la imposibilidad de cultivar alimentos sanos y plantas medicinales, el deterioro de la salud y la calidad de vida de la población, violencia, inseguridad, desempleo, pobreza y la pérdida gradual de su autonomía, historia, identidad, cultura y tradiciones; todo eso los pueblos lo hemos venido viviendo en carne propia en cada uno de los intentos de construcción de este aeropuerto dentro del territorio de la misma cuenca, desde la supuesta opción “Tizayuca” que en realidad era en terrenos del pueblo de Zapotlán de Juárez en el estado de Hidalgo, luego en las tierras de la ribera del lago de Texcoco y finalmente junto a la Base Militar #1 de Santa Lucía en la zona del lago de Zumpango, Estado de México.

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Protesta en contra del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles en Tecámac el 30 de septiembre de 2019.

Nuestro compañero de lucha Heriberto Salas Amac cofundador de la Coordinadora de Pueblos y Organizaciones del Oriente del Estado de México en Defensa de la Tierra, el Agua y su Cultura fallecido en julio de 2020, en una conferencia de prensa en el Club de Periodistas de la Ciudad de México narró el fraude del año 2010 cometido a las comunidades de la ribera del lago de Texcoco por la Comisión Nacional del Agua del gobierno federal (CONAGUA) con la complicidad de las autoridades agrarias, que con el argumento de que era una zona sobre-explotada en su acuífero, engañosamente pidieron a los campesinos ceder una gran extensión de tierra supuestamente para llevar a cabo un proyecto de mitigación y recarga de los mantos freáticos y de rescate ambiental del lago de Texcoco, pero una vez logrado su objetivo, la CONAGUA cedió esos terrenos al Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, siendo esta la maniobra utilizada por el gobierno mexicano para quedarse con la tierra y después usarla con un objetivo distinto para el cual los pueblos no fueron consultados y que era la construcción de un Nuevo Aeropuerto.

El entonces gobierno federal pudo iniciar los trabajos de construcción convocando a los pueblos a una reunión informativa que después hizo pasar por consulta pública. A esto siguieron la compra de terrenos a muy bajo costo por grupos de poder político y económico, asambleas espurias, fraudes agrarios y el otorgamiento ilegal de tierras en Chimalhuacán e Ixtapan al grupo de choque paramilitar PRI-antorcha campesina.

La llamada “nivelación del terreno” consistió en la remoción del suelo natural salino del lago junto con los desechos tóxicos de los desazolves de los drenajes a cielo abierto de la Ciudad de México que por décadas habían sido arrojados ahí por la CONAGUA, igual que los escombros de los hospitales, laboratorios, industrias, edificios, viviendas, etc que se derrumbaron en la Ciudad de México por el terremoto de 1985. Los 3 niveles de gobierno permitieron que 4 millones de toneladas de estos lodos tóxicos y desechos hasta radioactivos fueran depositados en los socavones de las antiguas minas de la Zona de la Montaña de Texcoco, que eran pozos naturales de absorción de agua de lluvia para la recarga del acuífero más sobreexplotado del país y en veda. El acarreo se hizo en miles de camiones y trailers que acabaron con la tranquilidad de las comunidades, provocando destrucción y accidentes a su paso sobre las tierras de cultivo, de pastoreo de animales y por los caminos rurales de los pueblos.

La delimitación del terreno y la construcción de la barda perimetral del Nuevo Aeropuerto estuvieron a cargo del ejército y la marina armada de México quienes valiéndose de golpeadores simulaban enfrentamientos intercomunitarios para poder justificar su intervención y con el uso de la fuerza replegar a los campesinos y sus familias que con impotencia presenciaban el arrebato de sus tierras, en las que después, como un supuesto apoyo gubernamental, se instalaron sistemas aparentemente de riego por aspersión, que en realidad eran para despojar a las comunidades del caudal del agua de sus pozos de riego para abastecer las obras de construcción y operación del aeropuerto y a futuro a las empresas urbanizadoras, industriales, hoteleras y comerciales.

Para la obtención de los materiales de construcción se dinamitaron y depredaron más de 100 cerros que albergaban manantiales, bosques, biodiversidad y vestigios arqueológicos. Los pueblos intentaron defenderlos arriesgando su vida cuidándolos de día y de noche e interponiendo denuncias, a lo que los gobiernos respondieron en algunos casos con la fuerza pública y en otros con sellos de cancelación en las minas, los cuales no eran respetados por las empresas, obligando a los pueblos a volver a denunciar en un círculo vicioso creado para ganar tiempo.

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Imagen de los socavones a las faldas del cerro del Tetzcotzinco en la comunidad de Tlaminca, zona de la montaña de Texcoco, estado de México, que fueron rellenados con lodos tóxicos y otros desechos traídos de la zona del lago de Texcoco por la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM). Su contaminación al agua subterránea es un daño irreversible que continúa y con el que las futuras generaciones tendrán que lidiar.

Con el cambio del gobierno federal mexicano en 2018, los negocios y la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México cambiaron de un grupo de poder político y económico a otro, al megaproyecto se le dio el nombre de Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles por sus siglas AIFA y fue trasladado a la parte norte de la misma Cuenca del Valle de México junto a la Base Militar de Santa Lucía en la zona del lago de Zumpango donde los pueblos también fueron despojados mediante expropiaciones de terrenos y afectados en su salud y calidad de vida por el crecimiento urbano acelerado, la contaminación y la sobreexplotación de sus recursos naturales, además de la crisis hídrica de todo el Valle de México.

Actualmente los pueblos aledaños al AIFA como Zumpango, Tequixquiac, Apaxco, Hueypoxtla, Huehuetoca, Zitlaltepec, Jaltenco, Nextlalpan, Tecámac, Tultepec y otros continúan en lucha en defensa del Acuífero Cuautitlán-Pachuca y en contra de los planes del gobierno federal que a pesar de reconocer que el acuífero está sobreexplotado y en veda, a través de la CONAGUA pretende imponer la perforación de decenas de pozos profundos para la extracción del agua potable de los pueblos en base a un proyecto que no se les ha dado a conocer, que no garantiza la recuperación de los acuíferos y que consideraría como alternativa para los pueblos las aguas tratadas del acuífero artificial del Valle del Mezquital que ha sido por décadas el receptor de las aguas negras de la Ciudad de México.

Ninguna de las obras asociadas al fallido aeropuerto en el lago de Texcoco fueron canceladas y con el nombre de “remediación de los ríos principales de la cuenca” el gobierno federal mexicano devastó la vegetación y rellenó con cemento los cauces de los ríos intentando así contener los escurrimientos naturales que desembocan en el lago, a lo cual siguió el anuncio de la construcción de un parque supuestamente ecológico que incluye infraestructura para uso urbano, recreativo y turístico. Asimismo, por encima del decreto ya existente de Zona Federal por 10 mil hectáreas para su preservación y su no urbanización, el actual gobierno de México emitió una Declaratoria de Área Natural Protegida para la zona del lago de Texcoco por 14 mil hectáreas, es decir un despojo disfrazado de Área Natural Protegida por 4 mil hectáreas, lo que se asemeja con algunos de los tramos del proyecto del Tren mal llamado Maya en la Península de Yucatán, que a su extensión territorial suman 1, 2 y hasta 3 Áreas Naturales Protegidas lo que pareciera una forma de acaparar más tierras y sus recursos naturales.

En México, el gobierno federal actual ha puesto en manos del ejército y la marina la construcción, operación y beneficio económico de los aeropuertos, una línea aérea, hoteles y algunos destinos turísticos y al sur de la Cuenca del Valle de México asociamos el traslado en camiones y vaciado de cascajo para cubrir lagunas y canales lacustres en las zonas de los lagos de Chalco y Xochimilco, a los proyectos inmobiliarios y a los constantes intentos de construcción de cuarteles militares y helipuertos, lo que los pueblos no han permitido.

La mayoría de los daños ocasionados por los proyectos de aeropuertos, se construyan o no, son irreversibles y serán las futuras generaciones quienes tendrán que lidiar con las muy graves consecuencias.

Por motivos de tiempo, dejo hasta aquí mi participación esperando que nuestra experiencia de lucha al centro del territorio del Valle de México pudiera contribuir a los esfuerzos de otros pueblos hermanos en América Latina y el Caribe.

Muchas gracias otra vez a Permanecer en la Tierra y a Stay Grounded.

Tlazokamati miac, ¡Ometéotl!

Gabriela Vega-Téllez

(Cofundadora de la Coordinadora de Pueblos y Organizaciones del Oriente del Estado de México en defensa de la Tierra, el Agua y su Cultura (CPOOEM), esfuerzo organizativo que es también miembro fundador de la Red Mundial Stay Grounded que lucha por la disminución del tráfico aéreo y por medios de transporte más justos ambiental y climáticamente.)

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Invitamos a las siguientes Jornadas de Reflexión:

3.⁠ ⁠Militarización e infraestructura aeroportuaria: análisis de la geopolítica en Latinoamérica y el Caribe
4.⁠ ⁠Tren Maya y Corredor Interoceánico: El reordenamiento territorial del sur-sureste de México y Centroamérica
5.⁠ ⁠Construcción de alternativas para permanecer en la tierra desde Latinoamérica y el Caribe

Enlace para registro: https://es.stay-grounded.org/permanecer-en-la-tierra-jornadas-reflexion/