Más de 200 organizaciones, entre ellas grupos de justicia climática, asociaciones de vecinos y ONG, han firmado una declaración conjunta en la que destacan las consecuencias perjudiciales de los vuelos nocturnos para la salud y el clima, y los califican de «innecesarios y evitables». Aprovechando este impulso, grupos de 10 países se movilizaron el 13 de septiembre en el marco del Día Internacional por la Prohibición de los Vuelos Nocturnos en los Aeropuertos, que celebra su segundo año, para exigir el «fin inmediato de los vuelos nocturnos en los aeropuertos».
«Dormir es tan vital para los seres humanos como comer y beber, no podemos prescindir de él. Sin embargo, los vuelos nocturnos del aeropuerto de Bruselas provocaron graves trastornos del sueño a 102.000 personas en 2024. Hoy, junto con la coalición ‘Nos mantiene despiertos’, pedimos una vez más que se tome en serio la salud de los ciudadanos y se adopten las medidas necesarias para eliminar gradualmente los vuelos nocturnos», afirma Naomi Cambien, experta en movilidad de Bond Beter Leefmilieu.
Grupos de Alemania, Austria, Bélgica, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, Irlanda, Luxemburgo, Portugal y Reino Unido se pusieron creativos para poner de relieve la necesidad de que los aeropuertos «les dejen dormir». Desde colocar pancartas en las ventanas y balcones de los barrios afectados, hasta dibujar líneas rojas, e incluso llevarse sus pijamas y almohadas para dormir delante de los edificios municipales o llevar allí altavoces para hacer sonar el ruido de los aviones, destacaron cómo el ruido de los despegues y aterrizajes nocturnos puede provocar graves problemas de salud, como enfermedades cardiovasculares y trastornos cognitivos en los niños.
«El ruido de los aviones y cazas de combate es un problema importante en Corea. Mientras que los responsables políticos rara vez viven cerca de los aeropuertos, las comunidades marginadas se ven obligadas a soportar esta molestia constante, una pura injusticia. Pedimos la prohibición de los vuelos nocturnos y la reducción de todo el tráfico aéreo. Sin embargo, el gobierno coreano está presionando para construir diez nuevos aeropuertos, la mayoría de ellos en preciosos humedales, a pesar de que no hay necesidad de más. Los desarrollistas no pararán hasta que el planeta se hunda. Estos diez aeropuertos están en la hoja de ruta política del gobierno, lo que hace que detenerlos sea un enorme desafío. Pero no dejaremos de luchar. Estamos orgullosos de unirnos al Día Internacional por la Prohibición de los Vuelos Nocturnos: cuanto más nos conectamos, más fuertes nos hacemos», afirma Nahee Kim, de Solidaridad por la Cancelación de Nuevos Aeropuertos de Corea del Sur.
Muchos de los grupos que apoyan esta iniciativa forman parte de Stay Grounded, una red mundial de más de 200 organizaciones para la reducción de la aviación. Destacando la viabilidad de los toques de queda de 10 de la noche a 6 de la mañana, señalan ejemplos positivos de aeropuertos que ya incluyen una política similar, como Zúrich y Düsseldorf.
«Los vuelos nocturnos destrozan el sueño y el clima», afirma Inês Teles, activista de Stay Grounded que vive bajo la ruidosa ruta de vuelo del aeropuerto de Lisboa. «Para quienes viven cerca de los aeropuertos, son una auténtica pesadilla. Y además, las emisiones de combustibles fósiles de la aviación están provocando el deterioro del clima, condenando a las generaciones presentes y futuras. Prohibir los vuelos nocturnos es lo mínimo. Si queremos un futuro habitable para todos, tenemos que trazar una línea roja: ninguna ampliación de los aeropuertos, limitación de los vuelos en general, nada de jets privados y sustitución de los vuelos de corta distancia por trenes.»
Encuentra fotos y vídeos de las acciones aquí: https://flic.kr/s/aHBqjCtPV4